1 jun 2010

Reducción de la pobreza en Colombia

Ricardo Rojas Parra*

Portafolio, Bogotá

Junio 1 de 2010

Recientemente se ha informado por parte de la Misión para el Empalme de las Series de Empleo, Pobreza y Desigualdad (Mesep), que la pobreza en Colombia se ha reducido en cerca 0,5 puntos mientras que la indigencia en 1,4 puntos, frente a registros del 2008. De esta manera, la pobreza, medida por los ingresos recibidos por los hogares, afectó al 45,5 por ciento de la población (19,9 millones de colombianos) y la indigencia, a 16,4 por ciento (7,2 millones).

La Mesep (de la cual hacen parte hacen parte el DNP, el Dane y expertos nacionales e internacionales, y que cuenta con el apoyo del Banco Mundial y la Cepal) dice que a pesar de la crisis económica internacional y el descenso de las exportaciones hacia Venezuela, la reducción se explica por la importante caída de la inflación el año pasado, principalmente en el renglón de los alimentos.

Sin embargo, esto se ha compensado por la caída del 2 por ciento en el ingreso per cápita real mensual de los hogares el año pasado ubicándose en 560.309 pesos. Teniendo en cuenta el desempleo creciente, los expertos de la Mesep concluyen que estos factores llevaron a 'contrarrestar el impacto positivo en la reducción de 0,32 por ciento en los precios de los alimentos, que en el 2008 habían aumentado 13,17 por ciento, agravando la situación de la población pobre y principalmente de los indigentes'.

Todo esto generó que el coeficiente de desigualdad de Gini no presentara una mejora significativa. El informe muestra otro resultado interesante. Mientras el descenso de la pobreza urbana (de 39,8 a 39,6 por ciento) fue menos pronunciado que el de la pobreza rural (casi un punto), el nivel en esta es mucho mayor: 64,3 por ciento.

La indigencia tuvo un comportamiento similar (bajó 0,7 puntos en las cabeceras y 3,5 puntos, en el campo), aunque el nivel (que asciende a 29,1 por ciento) más que duplica el nivel de la urbana.

A pesar de que la noticia puede parecer alentadora, es importante resaltar que las fuentes de la disminución no fueron reales, sino nominales, factores que obedecen más a la coyuntura de corto plazo de las economías que al comportamiento estructural de las mismas.

Si se tiene en cuenta que el nivel de inflación en Colombia está cercano al nivel de largo plazo propuesto por el Banco Central, es poco probable que en el futuro se sigan observando caídas de la pobreza y la indigencia como consecuencia del aumento de los ingresos reales.

Se debe poner en la agenda el tema educativo y la promoción del empleo formal como mecanismos centrales para la reducción estructural de la pobreza y la indigencia. Con educación, no sólo profesional, sino también técnica y tecnológica, se puede tener trabajadores más preparados y con mayores ingresos que activarán la demanda interna, estimulando a los productores a aumentar su oferta y a su vez a generar más empleo.

Este círculo virtuoso llevará a reducir estructuralmente los niveles de pobreza e indigencia en el país.

* Profesor de Economía