18 jun 2010

En mina de Amagá falló la seguridad industrial

Laura Piraján Forero

La República, Bogotá

Junio 18 de 2010

Bogotá. El último reporte de la visita realizada a la mina de Amagá (Antioquia), de la cual es dueña la empresa Carbones San Fernando S.A., da cuenta que en el sitio no se contaba con detectores permanentes de gas.


Así lo dijo el ministro de Minas y Energía, Hernán Martínez, al explicar que en la inspección realizada el nueve de junio por el ingeniero Tomás Charry, experto en gas metano y que es contratista de Ingeominas desde enero de este año, no habían chimeneas de evacuación de gases, una práctica que es vital en minas subterráneas. "Pese a esto, hasta ese momento las condiciones estaban bien", recalcó el funcionario.

Desde la explosión (el miércoles en la noche) por la concentración de gas metano en la mina y al cierre de esta edición, se habían rescatado 20 cadáveres y al menos 50 personas seguían atrapadas. La labor de rescate se había dificultado por la alta acumulación del gas que se registra en el socavón.


El presidente del Organismo Latinoamericano de Minería (Olami), Aurelio Martínez, dijo que en el caso que se hubiera descubierto que no habían detectores de gas, éste constituía un elemento para cerrar la mina, ya que prima la vida de los trabajadores.


"Este es un acontecimiento de especial gravedad y lamentable. Es un precedente, una vez más, de que hay que tener un manejo muy cuidadoso en cuanto a políticas de seguridad industrial y de fiscalización, que en este caso corresponde por delegación a funcionarios de la Secretaría de Minas de la Gobernación de Antioquia", manifestó el presidente gremial.


Al respecto, el ministro de Minas reconoció que tenía que haber una condición insegura que provocara el accidente. "La minería subterránea se puede hacer de forma segura si se tienen todas las precauciones que ello demanda. Todas las minas de carbón tienen emisiones de gas metano y ya se conoce cuál es la técnica para manejar este tema. Si hay peligro de una mezcla explosiva suena una alarma, con la cual se hace una evacuación", explicó el funcionario.


Frente al tema, el director de Ingeominas, Mario Ballesteros, dijo que hay especial atención cuando en las minas no hay la ventilación adecuada. "Cuando se encuentra esto, se procede a cerrar la operación y solamente hasta el momento que se corrija la situación se concede nuevamente el permiso".


El ministro de Minas y Energía dijo que en el caso hipotético que se detecte una condición insegura, la única medida que se puede tomar es cerrar la operación, ya que en cualquier momento puede ocurrir un accidente. "Si hay la ventilación adecuada y los detectores de gas se ubican en los sitios correctos, no se debe presentar una tragedia".


Debido a lo anterior, Martínez recalcó que todos los accidentes se pueden evitar si se cumple las normas técnicas de ley.


Investigación


Una vez haya concluido el rescate de los mineros atrapados, se comenzará una investigación profunda para determinar exactamente qué provocó el accidente.


La mina no tenía ninguna orden para estar cerrada. "Tenemos que sentarnos con las personas que hicieron la inspección y evaluar si hay responsables, así como analizar si hay lugar a sanciones. Pero aún no se puede determinar esto, ya que la prioridad es el rescate de los mineros", manifestó Martínez.


El ministro de Ambiente, Carlos Costa, aseguró que la responsabilidad de la explosión tiene relación más con seguridad industrial, que con licenciamiento ambiental.


Condiciones básicas


El ministro de Minas, Hernán Martínez, señaló que las consideraciones básicas de seguridad para la mina subterránea son: chimenas para la evacuación de gases, ventiladores con motores a prueba de explosión, detectores de gases permanentes y buen soporte del techo para que no haya un derrumbe. "Nada se hace teniendo abanicos en la boca del túnel empujando hacia dentro aire, porque se acumulan los gases y no los deja salir. Por esto, debe haber una chimenea al fondo para ayudar a evacuar los gases", recalcó. La mina, que produce 240 mil toneladas de carbón térmico al año, contaba con licencia desde 1992 y tenía a todos los trabajadores asegurados a la seguridad social.