5 jun 2010

Economía húngara a cuidados intensivos

Editorial

La República, Bogotá

Junio 5 de 2010

Cuando el Viejo Continente parecía haber encontrado una luz al final del túnel, a través de todas las reformas emprendidas por España y Grecia, ahora aparece en escena Hungría,
que en las últimas horas ha denunciado abiertamente al mundo, que el anterior gobierno había manipulado las cifras durante muchos años y que está "ad portas" de una bancarrota que será mucho peor que entrar en una guerra. Una noticia muy mala para el Gobierno de Budapest y de Europa, así esta nación no pertenezca a la Unión.


La economía húngara, de unos 10 millones de habitantes, representa el 0,8 por ciento del PIB de la Europa Comunitaria, aunque no pertenece activamente a las bondades de la Eurozona. El déficit del año pasado ascendió al 4 por ciento del PIB, una cifra aún muy lejos de los dos dígitos que presentan economía de países como Grecia, España, Irlanda o la mismo Inglaterra. Hungría está muy cerca del incumplimiento de los pagos con la banca multilateral y con las administraciones gubernamentales vecinas. Hace un poco más de un año, el Gobierno nacional de Budapest, recibió por parte de la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, una ayuda internacional de 20.000 millones de euros, un poco más de 30 millones de dólares para ayudarle al país a salir de sus problemas financieros. Hungría advirtió recientemente que su situación es "tan mala como ir ala guerra", para tratar de concienciar a sus habitantes de que las reformas estatales se deben hacer con mucha eficacia y prontitud.

Si bien la economía húngara no le representa mucho al mundo globalizado, sus problemas estructurales si tendrán repercusiones en Europa y algunos países del otro lado del Atlántico, especialmente en el terreno de la confianza, pues serán muchas las preguntas que se harán los inversionistas a la hora de ir por papeles de cualquier país de la "euro región". Curiosamente, el efecto dominó de una crisis siempre lo comienzan países aislados que poco o nada le dicen al mundo. Bien podríamos recordar lo sucedido en Islandia hace un par de años, cuando desencadenó un "europánico" del cual aún no se ha podido recuperar en su totalidad, es más, se ha agravado notablemente. Esta segunda década de 2000 ha comenzado con raros síntomas de depreciaciones de las monedas que no entraron al euro y del mismo euro, y caídas de bolsa de valores que no se veían sino al lado oeste del Atlántico. El problema es de desconfianza en la economía y pánico a que haya otras naciones con mentiras en sus cuentas nacionales.