8 feb 2010

Tiempo para el comercio

Editorial

The Washington Post, Washington
Febrero 8 de 2010
(Traducción Blog Debate Nacional)

En los últimos días parecía como si el estancamiento político sobre el comercio finalmente estaba a punto de romperse. En el informe sobre el Estado de la Unión centrado en la creación de empleos, el presidente Obama lanzó una Iniciativa Nacional de Exportación para duplicar las exportaciones de EE.UU. en cinco años. En apoyo de este objetivo, se expresó alentadoramente acerca de “fortalecer” las relaciones comerciales con Corea del Sur, Panamá y Colombia, con cada uno de los cuales tiene Estados Unidos un acuerdo de libre comercio (TLC) en espera de la aprobación del Congreso. ¿Sería que el Presidente estaba listo para lidiar con los sindicatos y otros grupos de interés demócratas que los han venido bloqueando? La situación parecía aún más esperanzadora el miércoles: el Secretario del Tesoro Timothy F. Geithner respondió "absolutamente" cuando un miembro del Congreso preguntó si la administración quería concluirlos antes de fin de año.

O eso parecía. En realidad, el Secretario había sido mal interpretado por algún cruce de palabras en la comparecencia, explicó su Departamento en un comunicado de prensa después. La posición de la administración Obama sigue siendo lo que era: se quiere ajustar los acuerdos, en cooperación con el Congreso, y "avanzar" con ellos, pero no hay fecha límite. Y así, a pesar de la prometedora charla, el futuro de los acuerdos de libre comercio sigue siendo incierto. Panamá todavía podría llegar a una votación este año, lo que estaría bien, pero es el más pequeño y menos controvertido de los tres. Un fracaso a la hora de pasar los tratados con Colombia y Corea sería malo para las empresas y los trabajadores estadounidenses.

La Iniciativa de Exportación de la Administración ofrece más apoyo coordinado del gobierno a las empresas que están tratando de vender en el extranjero. Pero cuando se trata de crear puestos de trabajo en cantidad relacionados con las exportaciones, lo crucial es eliminar las barreras arancelarias donde sea posible y tan rápido como sea posible. Mientras Estados Unidos titubea, la Unión Europea está negociando acuerdos comerciales con Corea del Sur, Colombia y otras naciones, lo que amenaza con dejar a los Estados Unidos en una situación de desventaja.

No cabe duda que el comercio es difícil de vender en un año electoral, dado el peso de sus oponentes en el Capitolio. Pero en Colombia, el caso del acuerdo es especialmente fuerte y los hechos en contra especialmente débiles. "Esta administración buscará acuerdos comerciales balanceados [y] ambiciosos que mejoren el acceso a mercado para los trabajadores, empresas, agricultores y ganaderos norteamericanos" dijo este jueves el Secretario de Comercio Gary Locke. Esta es una descripción perfecta del TLC con Colombia: sencillamente le daría a la gran mayoría de mercancía de los EEUU. el mismo acceso libre de impuestos a la economía andina de rápido crecimiento que ya los productos colombianos gozan en los Estados Unidos. Además de este apoyo a las compañías de EE.UU., el acuerdo ayudará a apuntalar un fuerte aliado de EE.UU. en una región en conflicto.

Puesto que no hay un argumento económico en contra de libre comercio con Colombia, los opositores han tenido que recurrir a uno político, a saber, que el TLC beneficiaría a un gobierno con un mal historial de derechos humanos. En verdad, Colombia ha hecho grandes progresos desde los días sangrientos del pasado. En los últimos cuatro años, los asesinatos de sindicalistas, la principal preocupación de los activistas de derechos humanos de EEUU., ha disminuido desde 60 por año hasta 28. Los sindicalistas en realidad tienen seis veces menos probabilidad que los otros colombianos de ser víctimas de homicidio, según un nuevo estudio realizado por Daniel Mejía y María José Uribe, de la Universidad de los Andes en Bogotá.

¿Seguirán los opositores al TLC aferrándose a sus argumentos a pesar de la evidencia abrumadora en contra? ¿Está el tratado de libre comercio con Colombia en el interés de EE.UU.? ¿El Presidente ha sido indulgente con los proteccionistas en el Congreso demasiado tiempo? A las tres preguntas, la respuesta es: "Absolutamente".