12 feb 2010

Globalización del Comercio y de los Derechos Humanos


Angelino Garzón*

Blog Debate Nacional, Ginebra

Febrero 12 de 2010


En el mundo de hoy no solo se han globalizados los acuerdos y negocios comerciales, sino también los Derechos Humanos de manera integral y los deberes ciudadanos, entre ellos la protección de recursos vitales para la humanidad como el agua y el medio ambiente.

Esa realidad que inevitablemente, de una u otra manera, vive cada país que hace parte del Sistema de Naciones Unidas, más allá de la postura política o ideológica de sus gobernantes, es la que explica muy bien las diversas iniciativas que en materia económica se van desarrollando, cuyas expresiones pueden ir desde las facilidades tributarias, de aranceles y cambiarias para facilitar el comercio internacional o la inversión extranjera, hasta la negociación y firma de acuerdos o tratados de libre comercio entre dos países o grupo de países. Con ello se busca tener reglas de juego mucho mas sólidas y de largo aliento en favor de relaciones comerciales sostenibles en el tiempo y de beneficio recíproco para el desarrollo económico y social de los pueblos de dichos países

En esa perspectiva y en el caso de América Latina, Chile y Brasil, de manera especial, durante sus gobiernos de centro izquierda, son los países que más acuerdos o tratados de libre comercio han firmado tanto a nivel bilateral como multilateral, pero al mismo tiempo, su Institucionalidad democrática se ha consolidado, entre ella, su agenda en materia de Derechos Humanos y sus indicadores de desarrollo humano han mejorado considerablemente.

En el caso particular de Colombia, los esfuerzos de los últimos Gobiernos y principalmente durante el presente Gobierno, han estado dirigidos a la negociación y firma de acuerdos o tratados de libre comercio, como los que ya existen y están en pleno funcionamiento con los países de la ComunidadAndina, con Mercosur, México, Chile, con los países del denominado Triángulo Norte ( Guatemala, Honduras y El Salvador); los que se han firmado y están a la espera de aprobación por parte de sus Congresos como pasa con el de Estados Unidos, Canadá y la Asociación Europea de Libre Comercio - EFTA (Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein) o los que están en pleno proceso de negociación o próximos a iniciarse como en el caso de la Unión Europea, Japón, Panamá y Corea.

Esa agenda de negocios y de relaciones comerciales tiene su propia dinámica y en el caso colombiano, está muy marcada por la necesidad que tenemos de dar pasos mucho más grandes en nuestro desarrollo económico, lo mismo que en nuestra capacidad productiva y competitiva a nivel internacional. Ese desafío, presupone también la implementación de políticas de Estado para seguir avanzando en materia educativa, cultural, en investigación, ciencia y tecnología, lo mismo que en materia de infraestructura de transporte y comunicaciones, tanto a nivel nacional como a nivel regional y local.

Pero en la materialización de dichos propósitos económicos, nos vamos encontrando con la otra realidad como es la globalización de los Derechos Humanos, de la cual hacen parte los Derechos Laborales y las libertades sindicales, lo mismo que los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.

Esa ruta democrática, con la cual la comunidad internacional cada día está siendo más exigente en su fomento, respeto y desarrollo, es la que en mi opinión, nos debe llevar a diferenciar la dinámica de las agendas comerciales con la dinámica de las agendas en materia de Derechos Humanos y asuntos humanitarios, pero al mismo tiempo, teniendo clara conciencia, que en la medida que continuemos avanzando en el mejoramiento y fortalecimiento de la situación de los Derechos Humanos y asuntos humanitarios en Colombia, lo mismo que en la seguridad democrática, sus efectos serán muy positivos en los diversos escenarios nacionales e internacionales, lo mismo que en la dinámica de negocios y acuerdos comerciales con los diversos países del mundo.

Colombia es un caso que vale la pena analizar sobre violencia armada y desarrollo, porque al mismo tiempo que se ha mantenido la lucha permanente contra la actividad criminal de los grupos armados ilegales y su estrecha relación con el narcotráfico, el país ha continuado su crecimiento económico, los niveles de pobreza y de violencia han disminuido tanto en la parte urbana como rural y la Institucionalidad democrática se ha fortalecido. Es decir, todo lo contrario de las pretensiones de los grupos armados ilegales.

La violencia afecta negativamente la actividad de la sociedad civil en defensa de los Derechos Humanos y es contraria al fortalecimiento del diálogo social, de unas relaciones laborales mas fraternas y al desarrollo y fortalecimiento de los partidos políticos en todas sus expresiones, pero ante todo, porque a la larga, la violencia y el terrorismo, se constituyen en los mejores aliados de prácticas tan perjudiciales para la Democracia como son entre otras la corrupción y la impunidad.

Colombia es un país en progreso y en tal sentido, los indicadores económicos, sociales, culturales y ambientales, lo mismo que en materia de Derechos Humanos, asuntos humanitarios y de seguridad democrática, deben continuar contando con validadores que generen toda credibilidad tanto en la sociedad colombiana como en la comunidad internacional. Las estadísticas oficiales que están sometidas al control técnico, jurídico y político de las diversas instancias del Estado colombiano continúan siendo un excelente validador que debemos defender ante la comunidad internacional.

Otro excelente validador son los informes oficiales de los diversos Organismos y procedimientos del Sistema de Naciones Unidas o en la Región de la Organización de Estados Americanos- OEA, que por su rigurosidad Institucional, pueden constituirse en el mejor referente de validación de nuestros datos oficiales y de testimonio de los esfuerzos del Estado y la sociedad colombiana de estar trabajando por ser un país mejor.

También, muchos Estados, centros de pensamiento y personas con un gran nivel de reconocimiento internacional, con sus opiniones favorables a Colombia y de reconocimiento como un país en progreso, como un socio válido con el cual se debe desarrollar una agenda positiva, se constituyen en expresiones públicas que contribuyen enormemente a la validación de nuestros informes oficiales, a la objetividad con que deben mirarnos y tratarnos los Organismos Internacionales y al mismo tiempo, nos estimulan a que Colombia siga siendo un actor cada día mas activo en la agenda global de Derechos Humanos y del comercio internacional.

En esa perspectiva, la Asamblea Especial de las Naciones Unidas que se llevará a cabo en el mes de septiembre en Nueva York, para evaluar el cumplimiento de las Metas del Milenio, que son parte integrante de los Derechos Humanos, se constituye en una buena oportunidad para mostrar a Colombia como un país en progreso y donde las políticas públicas del Gobierno y de las otras Instituciones del Estado colombiano relacionadas con los temas de acuerdos o tratados de Libre Comercio, de lucha contra la actividad criminal de grupo armados ilegales, entre ellos las Farc y las bandas emergentes, y la promoción y respeto de los Derechos Humanos, tienen entre sí vasos comunicantes que se alimentan recíprocamente y que demuestran que el éxito de una buena política en materia de desarrollo económico, de bienestar social y de consolidación de la seguridad democrática contribuye a la consolidación de una política permanente en materia de Derechos Humanos y asuntos humanitarios, pero que también, en el mundo de hoy, es muy importante, que la comunidad internacional sea cada día mas exigente en que paralelo al crecimiento económico debe haber un crecimiento integral de los Derechos Humanos.

Ese propósito político y democrático, es una de las fortalezas del Estado colombiano y de manera especial del actual gobierno. Eso explica nuestras actuaciones en el seno de los diversos Organismos Internacionales. En el caso particular de Ginebra, el Gobierno colombiano, no solamente ha defendido los mandatos y procedimientos de los Organismos Internacionales relacionados con los Derechos Humanos, con el Derecho Internacional Humanitario –DIH-, los asuntos humanitarios y las Libertades Sindicales, entre otros, sino que ha venido colaborando con los mismos y contribuyendo al desarrollo de su mandato en lo que tiene que ver con Colombia.

Eso explica por ejemplo, nuestra actuación en el seno del Consejo de Derechos Humanos con la presentación del Examen Periódico Universal sobre Colombia-EPU, la invitación a los Relatores Especiales en materia de Derechos Humanos, nuestros informes a los Comités de Expertos de Naciones Unidas en materia de Derechos Humanos y de la Comisión de Normas y del Comité de Libertad Sindical de la Organización Internacional de Trabajo – OIT, lo mismo que nuestros compromisos con el trabajo y recomendaciones de la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y de Agencias Humanitarias como el Comité Internacional de la Cruz Roja-CICR- y la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados-ACNUR-, lo mismo que con todos los Organismos Internacionales de Naciones Unidas con sede en Ginebra Suiza.

Situaciones similares también se viven de manera positiva en otros Organismos Internacionales y en diversas partes del mundo en los ámbitos bilateral y multilateral. Esta positiva realidad, es la que está llevando, a que en los informes de los diversos Organismos Internacionales encargados de los temas de Derechos Humanos y Humanitarios, se está reconociendo la apertura del Estado colombiano al escrutinio internacional y el espíritu de cooperación del Gobierno colombiano con todos los procedimientos de Naciones Unidas en materia de Derechos Humanos y Humanitarios.

Pero no solamente hemos venido logrando el reconocimiento internacional a la voluntad, mejoramiento y capacidad Institucional de Colombia en materia de Derechos Humanos y Humanitarios, sino que al mismo tiempo, hemos venido avanzando en la diversificación de la agenda y en la participación activa y propositiva en la visión integral de los Derechos Humanos, tal como quedó demostrado en la reciente cumbre mundial sobre el medio ambiente en Copenhague, en la Resolución aprobada en Nueva York en beneficio de la población Afrodescendiente, en las Resoluciones aprobadas a iniciativa de Colombia y otros países en el seno del Consejo de Derechos Humanos sobre mortalidad materna y leyes que discriminan a la mujer, la invitación a Colombia para que exponga su experiencia exitosa del Epu en diversos escenarios como sucedió recientemente con la participación de la Vicecanciller Adriana Mejía Hernández en la reunión del Wilton Park en el Reino Unido, que ha sido el foro por excelencia para promover acuerdos internacionales al más alto nivel y con la realización exitosa de la Segunda Conferencia de Examen de los Estados Parte de la Convención de Ottawa sobre minas antipersonal llevada a cabo en diciembre del año pasado en Cartagena.

Paralelo a ello, también se observa una participación de Colombia cada día más activa, en los distintos temas de la agenda multilateral y en los escenarios políticos internacionales, lo cual nos brinda un espacio importante para compartir y resaltar las fortalezas de Colombia en estos temas, como recientemente sucedió con la participación del Canciller Jaime Bermúdez Merizalde en la Conferencia Internacional de Londres sobre Afganistán.

Hoy en el desarrollo de la agenda de Derechos Humanos y de asuntos humanitarios, nos hemos salido del remolino de los muertos, de estar siempre a la defensiva y antes por el contrario, lo que se percibe por parte del Gobierno colombiano a través de la actividad multilateral y bilateral de la Cancillería, es que estamos haciendo presencia cada vez más activa en los diversos escenarios internacionales de Derechos Humanos y asuntos humanitarios y lo que tendríamos que hacer bajo la coordinación de la Cancillería, es posiblemente encontrar todos los mecanismos que nos permitan estar intercambiando mas información y experiencias entre las diversas Embajadas y Misiones, lo mismo que lograr un mejor nivel de coordinación y eficacia de las diversas Instituciones del Estado colombiano que tienen que ver con la promoción y defensa de los Derechos Humanos, incluyendo los culturales, sociales, laborales y ambientales.

Otra fortaleza de Colombia en materia de Derechos Humanos y asuntos humanitarios es todo el proceso de paz, desmovilización, desarme y reintegración de personas vinculadas a grupos armados ilegales, incluyendo un buen número de niños y niñas, lo mismo que el proceso de visibilización de miles de víctimas de la irracional violencia que ha sufrido el pueblo colombiano y lo más importante, los procesos de verdad, justicia y reparación que se han iniciado a favor de las víctimas. En esa perspectiva, es bueno destacar, que el Estado y la sociedad deben ser flexibles y generosos con el victimario que decide abandonar las actividades en los grupos armados ilegales, de someterse a la justicia, de colaborar con la verdad de los hechos, de pedir perdón a las víctimas y de colaborar con la reparación de las mismas, pero al mismo tiempo, el Estado, tiene que enviar un mensaje claro a la sociedad colombiana y la comunidad internacional, en el sentido que frente a las víctimas, es mucho más sensible, generoso y solidario que frente a los victimarios.

En tal sentido, en los diversos escenarios internacionales de Derechos Humanos y asuntos humanitarios, nuestros esfuerzos también deben estar dirigidos a mostrar la voluntad del Estado colombiano para que ningún hecho criminal que ha violentado la dignidad o el derecho a la vida de los seres humanos quede en la impunidad, lo mismo que su decisión de que haya justicia y reparación con las víctimas. En esa perspectiva, es muy importante mostrar las prácticas inhumanas como el secuestro, el uso de minas antipersonal o las acciones terroristas de las farc, el eln, lo mismo que las acciones criminales de los grupos emergentes y la estrecha relación de todos éstos grupos armados ilegales con las actividades del narcotráfico pero al mismo tiempo, es importante señalar, que la existencia de dichos grupos armados ilegales no tienen ninguna razón de ser hoy en Colombia y que en el caso de la guerrilla se ha convertido en el principal obstáculo para la existencia y consolidación de un proyecto político de centro izquierda en Colombia y para el mejoramiento del bienestar social de la población más pobre de Colombia.

En los escenarios internacionales de Ginebra y en los Representantes de las Misiones acreditadas ante los Organismos de Derechos Humanos, se percibe una creciente preocupación no solamente frente a las actividades criminales de la guerrilla, sobre lo cual existe ya más conciencia, sino también sobre las actividades de los grupos emergentes y la violencia que generan sobre la población civil. Frente a todos éstos grupos armados ilegales, cada vez más se reconoce su relación con el negocio ilícito del narcotráfico y de cómo ésta situación puede llegar a afectar la Democracia en Colombia.

Los integrantes de la Misión de Colombia ante Naciones Unidas y demás Organismos Internacionales, estamos conscientes de nuestra responsabilidad ante la población colombiana de continuar contribuyendo al desarrollo de la agenda en materia de Derechos Humanos y Humanitarios del Estado colombiano. En tal sentido, el año 2010, será de una intensa actividad tanto en el Consejo de Derechos Humanos como en los demás Organismos internacionales, entre ellos la OIT, ACNUR, la OMS, la OMPI, la OIM y la Conferencia del Desarme. Por ejemplo, en el caso del Consejo de Derechos Humanos, éste año, tendremos la presentación del informe de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los mismos en Colombia y la presentación de los informes de los Relatores Especiales de Naciones Unidas sobre Defensores de Derechos Humanos, de Ejecuciones Extrajudiciales, de Independencia de Jueces y Abogados, y Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas.

Por otra parte, quisiera anotar que la agenda en materia de Derechos Humanos y asuntos humanitarios estará siempre incompleta frente a la comunidad internacional y frente a escenarios de negociación de los acuerdos o tratados de libre comercio, si desde el Estado colombiano, no continuamos haciendo todos los esfuerzos en beneficio de un dialogo social más fluido y productivo con los diversos sectores de la sociedad civil, entre ellos, los Sindicatos y las ONGs de Derechos Humanos. Es verdad que muchos de sus dirigentes piensan y actúan muchas veces más con una postura de oposición política, de intransigencia frente al Gobierno nacional o de negarse a reconocer los avances que en materia de Derechos Humanos y asuntos humanitarios, incluyendo los temas laborales y ambientales que la comunidad internacional nos está reconociendo, pero la respuesta del Gobierno a dichas posturas tan negativas, debe ser, que dichos avances no hubieran sido posibles sin las iniciativas y propuestas de la sociedad civil y, en los temas laborales, las de los Dirigentes Sindicales y Empresariales.

Igualmente, en la búsqueda de ese diálogo social entre los Voceros Empresariales, Sindicales y Gubernamentales, en temas relacionados con los Acuerdos o Tratados de Libre Comercio, es importante abrir un debate sano, desprevenido y sin adjetivos, sobre como, en la materialización de los mismos, hoy tienen los trabajadores el mejor mecanismo para avanzar en la protección y mejoramiento de sus Derechos Laborales y en las Libertades Sindicales a través de la figura de las cláusulas de compromiso social y ambiental que el Estado colombiano ha demostrado que está dispuesto a firmar en el marco de los acuerdos comerciales con cada uno de los países y siendo fiel al convencimiento de que en el mundo de hoy no solamente se globalizaron los negocios sino también los Derechos Humanos y los Deberes ciudadanos.

En la búsqueda y materialización de esos acuerdos o tratados de libre comercio con rostro humano y cláusulas sociales, laborales y ambientales, pesa mucho nuestro agenda que actualmente desarrollamos en la Comisión de Normas, en su Comité de Expertos y en el Comité de Libertad Sindical, donde a partir de la firma del Acuerdo Tripartito de 2006 y su posterior desarrollo, incluyendo nuestra presentación en la Comisión de Normas en junio de 2009, se han venido presentando avances en el desarrollo de la legislación laboral colombiana, en la protección de los dirigentes sindicales y en la lucha contra la impunidad, los cuales se reconocen en el reciente informe de la Comisión de expertos de la OIT en la aplicación de las Normas Laborales y en el de la Señora CleopatraDumbian, Directora de la Comisión de Normas de la OIT, sobre su reciente visita a Colombia.

Como no estamos hablando de una estrategia de publicidad o de relaciones públicas sino de una realidad que se manifiesta que Colombia es un país en progreso a todo nivel y que su consolidación depende mucho que podamos seguir avanzando considerablemente en la materialización de varios acuerdos o tratados de libre comercio, es importante anotar que el Componente Laboral y el respeto a las Libertades Sindicales que actualmente se aborda desde una mirada de Derechos Humanos, debe llevarnos a intensificar la promoción de la cultura del dialogo social entre empresarios, trabajadores y Gobierno a nivel nacional, regional y local, lo mismo que consolidar todos los mecanismos que de manera positiva se han venido implementando para el cumplimiento de los compromisos asumidos en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en la Comisión de Normas y en el Comité de Libertad Sindical de la OIT, lo mismo que en otros Organismos Internacionales relacionados de manera integral con los asuntos humanitarios y los Derechos Humanos.

Al expresarle mi agradecimiento al Gobierno colombiano y de manera especial a todo el equipo de la Cancillería, de la Vicepresidencia de la República, de la Dirección de Derechos Humanos de la Presidencia de la República, de los diversos Ministerios, entre ellos, de la Protección Social, del Interior, del Medio Ambiente, lo mismo que a otras Instituciones del Estado como la Fiscalía y la Procuraduría General de la Nación, que con su colaboración permanente, han sido decisivos en el diario trabajo de la Misión en Ginebra, me permito recomendarle Señor Canciller, que la reunión regional sobre los temas económicos en desarrollo de la Cumbre de Davos que se tiene previsto realizar en Cartagena en abril del 2010, se convierta en un excelente escenario donde Colombia pueda mostrar los avances en esa estrecha relación que debe existir entre la globalización del comercio y la globalización de los Derechos Humanos.

* Embajador de Colombia ante organismos de las NNUU en Ginebra.