13 jul 2010

Mínimo: ¿Regional o generacional?

Sergio Clavijo

La República, Bogotá

Julio 13 de 2010

El DNP ventiló (¿un tiro al aire?) la propuesta de implementar en Colombia salarios mínimos diferenciales según regiones. La racionalidad de dicha idea, por cierto muy "Ricardiana", es que si el costo de "reposición de la fuerza de trabajo" es diferente en cada región, entonces dicho SML también debería serlo.


Dicha propuesta no ataca el problema de sobre-costos laborales "donde más aprieta" (en los parafiscales), sino que se enruta por la vía de una "economía política" compleja y de muy poca probabilidad de éxito. Ya algunas multilaterales habían echado esos "perdigones al aire", sin percatarse bien de las restricciones institucionales y legales en éste frente. A las multilaterales se les excusa, pues a veces la neblina de Washington obstaculiza el entendimiento de éstas complejidades institucionales criollas, pero ¿al DNP?


Valdría la pena que el país dimensionara bien la pesada jurisprudencia de la Corte Constitucional en materia de indexación del SML y el papel de ancla que viene cumpliendo el SML en todo el sistema de seguridad social en Colombia, tanto en pensiones como en salud. Pensar entonces en reducir el SML (inclusive en términos reales) en algunas regiones no deja de ser una quimera, ¿La idea sería empezar por reducir el SML en la zona de centro del país (donde los alimentos son más baratos) para incrementarlo en la zona de Quibdo (donde son más costosos)?


La experiencia de México con los salarios regionales no contó con los obstáculos legales de indexación que hoy padece Colombia y, de hecho, el diferencial en las tres zonas donde opera no ha sido significativo: 129 dólares/mes en la zona más pobre-rural versus 136 dólares/mes en zona más rica-urbana, un diferencial de nueve por ciento. De ésta manera, el impacto macro-laboral de los salarios mínimos diferenciales no parece haber sido muy relevante para promover el empleo de forma estructural.


Tiene mucho más futuro promocional, a nivel de empleo, la idea de salarios mínimos diferenciales por edad (jóvenes vs. no jóvenes), tal como se usa en Chile o, como fallidamente, lo trato de implementar Sarkozy (2008) en Francia. El problema laboral en este país obviamente es mucho más complicado, debido a la restricción horaria que se auto-impusieron años atrás. También existe la posibilidad de flexibilizar la contratación laboral (reduciendo los costos de despido) y permitir la contratación por horas.


Actualmente, Colombia enfrenta una gran desventaja desde el mismo "partidor salarial": una empresa formal en Colombia enfrenta un costo laboral mínimo equivalente a 390 dólares/mes, donde 272 dólares corresponden al SML y los restantes 117 dólares a recargos laborales y cargas parafiscales. En Chile el costo equivalente para la firma es actualmente 320 dólares/mes (donde no existen cargas parafiscales). Así, mientras el ingreso per cápita de Chile triplica el de Colombia, el SML + las cargas laborales-parafiscales de Colombia supera el SML de Chile en un 18 por ciento (en dólares). ¿Cómo competir así?


En síntesis, si bien el problema laboral de Colombia tiene que ver con un costo relativo exagerado del trabajo frente al capital, consideramos poco realista pensar que este desbalance se pueda corregir a través de reducir el SML en algunas regiones del país. Simplemente la "economía política" de ese tipo de reformas arroja un Beta = (Retorno/Riesgo) muy bajo, dado su elevado denominador y la jurisprudencia adversa existente. Más promisoria luce la doble ruta de impulsar una reforma tributaria para reducir las elevadas exenciones tributarias al capital (cerca de uno por ciento del PIB) y trabajar en la línea de aliviarle las cargas parafiscales a las firmas a través de sustituir su fondeo por la vía presupuestal.