1 nov 2009

Pacto Social por un trabajo decente

INTERVENCIÓN DE JULIO ROBERTO GÓMEZ ESGUERRA, SECRETARIO GENERAL DE LA CONFEDERACIÓN GENERAL DEL TRABAJO (CGT)

CELEBRACIÓN DE 55 AÑOS DE SINTRAEMPAQUES

Medellín, Noviembre 1 de 2009

Doctor Álvaro Uribe Vélez, Presidente de la República de Colombia; señor Embajador ante las Naciones Unidas Comisión Permanente en Ginebra (Suiza), doctor Angelino Garzón; señor Viceministro de la Protección Social en el área de las Relaciones Laborales; compañero Germán Restrepo, Presidente del Sindicato de Empaques; doctor Alberto Echavarría, Vicepresidente Jurídico de la Andi; señor Presidente de la Compañía de Empaques; distinguidos empresarios y empresarias presentes; compañeros periodistas; distinguidos miembros de la Fuerza Pública aquí presentes; distinguidas y distinguidos invitados especiales, compañeras y compañeros todos.

En primer lugar permítanme presentar el saludo fraternal y solidario en nombre del Comité Ejecutivo de la Confederación General del Trabajo, la CGT; en nombre del Consejo General de la Confederación Sindical Internacional e igualmente en nombre del Comité Ejecutivo de la Confederación Sindical de Trabajadores de Las Américas.

Cincuenta y cinco años en la vida de una persona son toda una historia y 55 años en la vida de una organización son una contribución a hacer historia en un país, a hacer historia en una nación como la nuestra en donde, en honor a la verdad no ha sido fácil para el sindicalismo, el desarrollo de sus actividades.

Por ello, a las compañeras y los compañeros de Sintraempaques toda nuestra solidaridad y todo nuestro reconocimiento a esa labor y a ese trabajo constante y persistente, no solamente por el desarrollo del sindicalismo en Colombia sino por el desarrollo de la empresa, por haber contribuido a instancias de actitudes inteligentes a permitir que la empresa se mantuviera en el tiempo y pudiera salir de distintas situaciones que tampoco han sido fáciles para esta empresa.

Colombia no es un país pobre, Colombia más bien es en país en donde a la inmensa mayoría de su población se le ha condenado al empobrecimiento y a vivir en la pobreza, que son dos cosas totalmente distintas.

Colombia tiene cómo y con qué salir adelante y Colombia puede transitar un camino hacia el desarrollo si nosotros somos capaces de eliminar tanto factor que subvierte el orden y que subvierte el desarrollo en nuestro país.

Colombia seguramente tiene más o menos 50 mil malos colombianos en donde hay paramilitares, en donde hay terroristas, gentes que dicen ser guerrilleros; yo no dudo que en el pasado pudieron haber sido guerrilleros, pero que hoy está en cuestionamiento si realmente secuestrar, matar a la población civil, volar torres de energía, volar oleoductos, colocar minas antipersonales puede considerarse un método de lucha guerrillero: dista mucho de lo que realmente significaría en esencia la palabra guerrilla.

Por eso hoy -de manera muy sucinta- para nosotros es vital el tema de la libertad sindical. Lo dialogamos en la semana que culmina en una reunión sostenida con el Embajador de los Estados Unidos en Colombia (William Brounfield) en la sede de la CGT. Eso era impensable, que un embajador del “imperio”, que un embajador de los Estados Unidos, fuera a una Confederación de Trabajadores a dialogar con la dirigencia sindical. Y uno de los temas que hablamos fue el tema de la libertad sindical y de la urgente necesidad de que las tres variables que caracterizan el trabajo sindical en Colombia sean tenidas en cuenta y sean respetadas plenamente, que son: el derecho de organización, el derecho a la negociación colectiva y el derecho de huelga -en casos extremos en donde no se produce un acuerdo-, siendo hoy por hoy la huelga un artículo casi exótico en nuestro país y en muchos lugares del mundo.

Y señoras y señores, señor Presidente, compañeras y compañeros, hablamos con el Embajador del Tratado de Libre Comercio. También lo que dice Germán (Restrepo) es cierto: la CGT no tiene per se una oposición, por principios, a los tratados de libre comercio. Lo que pasa es que sí queremos discutir qué tipo de tratados son los que se firman, cuáles son las conveniencias o inconveniencias de los mismo, a qué sectores de la economía pueden en un momento dado perjudicar, a qué sectores van a favorecer; y naturalmente, el diseño de estrategias para que si la balanza se inclina más hacia el desarrollo y el favorecimiento de la economía nacional, entonces discutamos estrategias encaminadas a ver cómo se subsidia, cómo se protege a aquellos sectores que pueden resultar afectados con la firma de un tratado de libre comercio.

Y eso ha marcado una diferencia con nuestros compañeros, colegas del resto del movimiento sindical. La CGT no ha hecho parte de ninguna comisión oficial para ir a los Estados Unidos a pedirle que no apruebe el Tratado de Libre Comercio. Hemos fijado una posición muy clara, pero resulta un poquito por lo menos folclórico ver uno a ciertos personajes, caracterizados en las movilizaciones por quemar banderas de los Estados Unidos y luego viajando a los Estados Unidos a pedirle a los voceros del “imperio” que no aprueben el Tratado de Libre Comercio. Son de los datos curiosos que lamentablemente se presentan en este tipo de situaciones.

Y cuando han venido delegaciones de democrátas, de republicanos, nosotros hemos dicho con toda claridad por qué no estamos de acuerdo con el Tratado, lo hemos dicho con toda claridad, y no solamente por el tema del derecho a la vida o la libertad sindical; porque me parece además muy arrogante: entonces ustedes me mejora a mí el capítulo sindical y entonces yo le doy el visto bueno al tratado; no, eso es demasiado arrogante. Entonces quedaría expuesto el interés nacional a un interés de carácter particular. Hay otro tipo de consideraciones y eso es lo que diferencia una postura de la otra.

Y continúa la discusión. Y por eso un Comité Ejecutivo Ampliado de la CGT definió esa línea, y por eso ya comenzamos a asistir a las reuniones en donde se está informando sobre como avanzan los tratados, por ejemplo, de libre comercio con países de la Unión Europea a los efectos de conocer a fondo exactamente qué es lo que pasa. Y para poder inclusive desarrollar trabajo conjunto con la Confederación Europea de Sindicatos que tiene una postura de favorecimiento a los acuerdos comerciales, como este entre Colombia y países de la Unión Europea.

Y dentro de ese contexto queremos compartir con ustedes muy rápidamente esto: en este país es mucho más fácil confrontar, impugnar, señalar, insultar, descalificar; y seamos sinceros, en este país se odia con una facilidad impresionante. En ese sentido, es necesaria una reflexión a fondo por parte del conjunto de la sociedad colombiana. Y claro, sobre escenarios como este (55 años de Sintraempaques) ya veremos todo lo que se va a escribir. Y no necesariamente a través de los medios de comunicación que hay en el país sino fundamentalmente a instancias de quienes tienen una conducta muy distinta a la nuestra. Claro que construir es sumamente complicado. ¿Por qué? Significa renuncia y significa ceder en un momento dado, significa hacer concesiones pero en perspectiva del futuro.

Hay quienes practican la política aquella de “Patria o muerte”, o como dice ahora en las vallas de nuestro país vecino: “Patria, socialismo o muerte”. La CGT (Confederación General del Trabajado) ha dicho: “Patria o heridas leves”.

Nosotros en definitiva tenemos una responsabilidad de cara al país, de cara a 19 millones de personas que integramos la población económicamente activa; no es de cara a un determinado sector, sino es de cara a un país, a 44 millones de colombianos pero fundamentalmente a quienes mas sufren en este país.

Y por ello, nosotros, señor Presidente consideramos que, en esta coyuntura, lo pertinente es la adopción de un Pacto social, hay que proponérselo a todo el mundo, yo no descalifico a nadie. Yo no me atrevo a decir que excluyamos a nadie de ese Pacto Social, hay que invitar a los compañeros de la CTC (Confederación de Trabajadores de Colombia) de la CUT, los independientes, a todo el mundo. Pero que finalmente lo adoptemos quienes estemos de acuerdo. Porque el doctor Alberto Echavarría (Vicepresidente de Asuntos Jurídicos y Sociales de la Andi) es testigo de excepción de que en el año 2006 tuvimos en nuestras manos un documento de 19 puntos que era tal vez el mejor pacto social que se hubiera podido suscribir en los últimos 50 años en este país. Y por la fragilidad de algunos de mis colegas no se firmó ese pacto; lamentablemente esa es la situación, y la única que dijo “nosotros la jugamos de cara al país” fue la CGT. Entre otras cosas se incluía un incremento salarial de 2.67 puntos por encima de la inflación, que era el equivalente a un 40 por ciento más de lo que había sido la inflación, pero desafortunadamente el cortoplacismo de algunos de mis colegas impidió esa situación.

Y el Pacto Social debe tener un eje central, doctor Álvaro Uribe, y es el trabajo decente para una vida digna. Ese es la esencia de ese Pacto Social. Y alrededor de él desarrollar temas que tienen que ver con la estabilidad en el empleo, los derechos de organización, salarios justos, y eso va a significar toda una construcción. Y digamos que, por ahora, el contrato sindical es un mecanismo a través del cual transitamos hacia sistemas de una mayor estabilidad laboral. Es un tránsito; aquí nadie esta diciendo que el contrato sindical sea per se. Pues yo creo que el contrato sindical nos va a permitir ganar confianza de los trabajadores hacia los empresarios, y de los empresarios hacia los trabajadores.

Es un proceso y seguramente muy rápidamente empresarios inteligentes se van a dar cuenta que ya, a lo mejor, no es necesario el contrato sindical sino la contratación directa de los trabajadores. Eso es parte de ese proceso. Tenemos que ganar confianza unos y otros. Cuando yo observo aquella pancarta, “Pacto Social para defender la corriente del nuevo sindicalismo”… no, la corriente no, el nuevo sindicalismo, yo lo digo con mucha franqueza: él está dentro de la CGT, ahí está el nuevo sindicalismo.

Y por ello tenemos muchas dificultades con nuestros competidores, a quienes les resulta demasiado incómoda esta posición de la CGT y para quienes esta posición genera desasosiego en sus intereses, muy limitados por cierto.

Entonces, ese nuevo sindicalismo es lo que permite que marchemos teniendo siempre como Norte la defensa de la clase trabajadora, sobre todo de la gente mas pobre de este país. Es que es muy fácil, en un momento dado, desde una posición privilegiada, que pueda tener un sindicalista como el que les está hablando, plantear las políticas de “todo o nada”, porque entonces yo ya puedo tener una buena parte del todo. No, “todo o nada” no.

Aquí nosotros tenemos que jugárnosla por la gente mas pobre. Vea lo que dice el Banco de la Republica: ocho millones de trabajadores devengando menos de un salario mínimo legal -según el Dane-, y 2 millones 700 mil desempleados, y vamos en una situación cada vez mas envolvente. Entonces nuestro compromiso tiene que ser para con los sectores más empobrecidos: los desempleados, el campesinado colombiano.

Hoy el movimiento campesino mayoritariamente, casi todo, está haciendo parte de la CGT: la Federación Agraria Nacional; la Acción Campesina Colombiana; la Anuc (Asociación Nacional de Usuarios Campesinos de Colombia), varias de sus regionales, pero estamos trabajando por un acuerdo nacional con toda la Anuc.

La Federación Nacional de Artesanos, de reciente constitución y en donde el señor embajador en Suiza, en Ginebra, el compañero Angelino Garzón jugó un papel fundamental para la creación de esta organización, que nos apoyó desde allí. Y en esos sectores, más la industria de la alimentación, más los azucareros, los trabajadores de las flores, de la palma africana, del banano y las frutas y todo lo que tiene que ver con el sector gastronómico hotelero. Más de un millón de miembros.

Entonces por eso nosotros hemos dicho: “Listo, vamos a un censo sindical y definamos de una vez por todas cual es la asociación mas grande en la Republica de Colombia, representativamente hablando”. Y dentro de ese universo de situaciones que tenemos que trabajar están los indígenas, están los jóvenes, están las mujeres y en general esta todo aquello que simplemente esta esperando que se haga una recomposición del tejido social organizado.

Por ello y porque tenemos una profunda fe, y yo lo digo con toda franqueza, tenemos una profunda fe en Dios, tenemos una profunda fe en la clase trabajadora, tenemos un fe profunda en este país y en su democracia. Nosotros consideramos que vamos a salir adelante.

Y queremos decirle doctor Álvaro Uribe que la CGT ha sido la primera organización que ha avalado el estudio que proponen ocho embajadas para investigar a fondo la muerte de los sindicalistas y que se sepa exactamente que es lo que ha pasado con el movimiento sindical, y sabemos que en eso podemos contar con su apoyo y con el acompañamiento del Gobierno. Y que se sepa una vez por todas cuales es exactamente la situación. Yo creo que una comisión de la verdad sobre este particular es fundamental en una perspectiva de futuro.

Y reiteramos, a esto nos comprometemos: al desarrollo de un nuevo país, y vamos a requerir de mucho acompañamiento. Estamos en la mesa de negociación de salarios y sabemos que el momento no es precisamente el mejor para la economía colombiana. Sin embargo yo creo que hay que hacer todos los esfuerzos porque haya un acuerdo concertado, después de cuatro años, del salario mínimo legal.

La CGT ha dicho: cinco puntos por encima de la inflación. A lo mejor no vamos a llegar a esos cinco puntos, pero es bueno que el sector empresarial y el equipo económico del Gobierno discutan internamente y que este año el salario mínimo no salga por la vía de un decreto unilateral sino por la vía de la concertación. Si van a ser esos cinco puntos, ya miraremos, estamos en una mesa de negociación; pero de todas maneras tenemos que procurar ese acuerdo porque yo creo que el país necesita con urgencia que haya una señal de inclusión.

Hoy una familia pobre, de cinco personas, con el salario mínimo no compra sino el 45 por ciento de la canasta familiar.

Entonces necesitamos ir en un proceso ascendente que permita dignificar los salarios, que permita que el nuevo país también se exprese en nuevos avances concretos, así como ha ocurrido ahí a lo largo de 55 años en Empaques.

Muchísimas gracias a todas y a todos ustedes.